martes, 8 de junio de 2010

“Fe y Alegría comienza donde termina el asfalto, donde no gotea el agua potable, donde la ciudad pierde su nombre”

Biografía del Padre José María Vélaz

El Padre José María Vélaz nació en Rancagua, Chile, el 4 de diciembre de 1910. Contaba cinco años cuando murió su padre, quedando su madre a cargo de cuatro hijos muy pequeños. Cinco años después regresaron a España, donde estudió en el internado de los jesuitas en Tudela y en la Universidad de Zaragoza. En 1928 abandonó sus estudios de Derecho e ingresó en la Compañía de Jesús. Su formación y la situación política de España lo llevaron por varios países europeos y, cuando estaba esperando ser enviado a China, sus superiores decidieron mandarlo a Venezuela en el año 1946.

En agosto de 1948, fue nombrado rector del Colegio San José de Mérida. Allí desarrolló el colegio y varias obras en la zona. Después fundó una red de escuelas en varios pueblitos andinos que dependían del citado colegio, para atender mayor número de alumnos. Cuando terminó su período de rector ideó una red de escuelas campesinas por los llanos de Barinas, pero el proyecto no fue aceptado por los superiores y en 1954 se le envió a la Universidad Católica Andrés Bello de Caracas. Allí, el año siguiente, fundó Fe y Alegría.
En 1.960 se separó de la Universidad Católica, para dedicarse a tiempo completo a Fe y Alegría que en esos momentos ya contaba con Seis Mil Alumnos -en los Barrios Marginados de Caracas y comenzaba a extenderse a Maracaibo, Valencia, Barquisimeto y el Oriente.
Siguieron las fundaciones en Venezuela y Ecuador (1964), Panamá (1965), Perú y Bolivia (1966), Centroamérica y Colombia, El Salvador, Nicaragua y Guatemala, Argentina, Honduras, Paraguay, Brasil, República Dominicana, Chile, Haití y Uruguay, siguiendo un proyecto continental de alcanzar todos los países iberoamericanos. En 2008 comienza también Fe y Alegría en África, concretamente en el Chad.
Su último viaje le llevó hasta Caicara, Puerto Ayacucho, la Gran Sabana, para explorar la creación de escuelas para los indígenas. A su regreso a la escuela del Masparro le sorprendió la muerte el 18 de julio de 1985. Murió en completa soledad, contento porque había logrado unas maestras para su nueva escuela campesina.

Historia

"Fe y Alegría nació para impulsar el cambio social por medio de la Educación Popular Integral"


P. José María Vélaz, s.j.

Fundador
 
Hay hombres que sembraron sus vidas en la tierra fértil del servicio. Por eso, fueron capaces de levantar grandes cosechas en el corazón de multitudes. Uno de estos hombres fue el Padre José María Vélaz, el fundador de Fe y Alegría, ese movimiento educativo que, nacido en un rancho de Caracas, ha llevado sus banderas de Educación Popular Integral a los barrios y campos de catorce países latinoamericanos.

El Padre José María Vélaz nació en Rancagua, Chile, el 4 de Diciembre de 1.910. Cinco años tenía cuando murió el padre. La mamá tuvo que atender con toda energía los negocios y el cuidado de cuatro niños muy pequeños. Este hecho marcó profundamente al joven José María que siempre fue un arduo defensor del valor, capacidad y entereza de las mujeres.
Cinco años después de la muerte del padre, la familia se volvió a España, pero le quedó raíz de su profunda sensibilidad latinoamericana. Cursó estudios en el internado de los jesuitas en Tudela y en la Universidad de Zaragoza. Comenzaron los sueños de aventuras y desafíos, de servir en misión apostólica como jesuita. Para poder realizar este sueño, abandonó sus estudios de Derecho e ingresó a la Compañía en 1928. Su formación y la situación política de España lo llevaron por varios países europeos y, cuando estaba esperando ser enviado a China, sus superiores decidieron mandarlo a Venezuela en el año 1946. Llegó con cierto desengaño, pero el país le fue ganando.
Trabajó unos años en el Colegio San Ignacio de Caracas y regresó a Europa a continuar sus estudios de teología y a ordenarse de sacerdote. De regreso a Venezuela, permaneció dos años en Caracas y, en agosto de 1948, fue nombrado rector del Colegio San José de Mérida, participando de modo especial en el crecimiento y en el prestigio de dicho Centro Educativo. Allí se reencontró con los Andes que lo volverían a aguijonear una vocación de grandeza en el servicio, una permanencia en la audacia y en el riesgo. Desarrolló el colegio y varias obras en la zona. Luego de cumplidos sus objetivos pensó fundar una red de escuelas en varios pueblitos andinos que dependerían del Colegio de San José de Mérida, para atender mayor número de alumnos. Después, cuando terminó su período de Rector ideó una red de escuelas campesinas por los llanos de Barinas, pero el proyecto no fue aceptado por los superiores y en 1954 se le envió a la Universidad Católica Andrés Bello de Caracas. Allí, el año siguiente, fundaría Fe y Alegría para vivir a plenitud su vocación de Misionero.
En 1.960 se separó de la Universidad Católica, para dedicarse a tiempo completo a Fe y Alegría que en esos momentos ya contaba con Seis Mil Alumnos -en los Barrios Marginados de Caracas y comenzaba a extenderse a Maracaibo, Valencia, Barquisimeto y el Oriente.
Cuando ya Fe y Alegría contaba en 1.964 con más de Diez Mil Alumnos en Venezuela pasó a fundarla en el Ecuador. Posteriormente en 1.965 a Panamá y en 1.966 a Perú. Fe y Alegría penetró con gran éxito en Bolivia en 1.966 y siguió un crecimiento por Centro América y Colombia, de manera que el P. José María Vélaz, la ha podido implantar en El Salvador, Nicaragua y Guatemala, siguiendo un Proyecto Continental de alcanzar todos los Países Iberoamericanos.
Desde 1.974 dedicó su tiempo junto con una preocupación general al fortalecimiento de la Obra, a la iniciación del Campamento y de la Escuela de Artes Aplicadas de San Javier del Valle Grande de Mérida, como un Programa Piloto, para todo el resto de Fe y Alegría.
Luego decidió enfrenta un nuevo re­to: La creación de una cadena de escuelas agropecuarias en los llanos. Su primer proyecto San Ignacio del Masparro. A diez kilómetros de Dolores, en el Distrito Libertad del Estado Barinas comienzó su labor. En San Fernando de Apure, la escuela agropecuaria Padre Gumilla, sería el otro polo de la cadena. Su último viaje le llevó hasta Caicara, Puerto Ayacucho, la Gran Sabana, para explorar la creación de escuelas para los indígenas. A su regreso a la escuela del Masparro le sorprendió la muerte (1985).
El nacimiento de Fe y Alegría

Estando encargado de la atención espiritual de los jóvenes de la Universidad Católica, Vélaz quiso que los estudiantes fraguaran una profunda sensibilidad social al palpar la miseria en que vivían multitudes de hermanos. Y así, los domingos solían salir a los barrios de Catia a enseñar catecismo y repartir algunas bolsas de ropa y de comida. Pronto entendieron, sin embargo, que el servicio cristiano, para ser de veras eficaz, se tenía que encarnar en una amplia red de escuelas, en un vasto movimiento de educación que rescatara a las mayorías de la ignorancia, raíz de la más profunda servidumbre. Vélaz, que consideraba a la educación como la mayor fuerza transformadora del mundo, pensaba que la falta de educación era la causa principal de la marginalidad y de la miseria: “Pueblo ignorante es Pueblo sometido, Pueblo mediatizado, Pueblo oprimido. Por el contrario, Pueblo educado es Pueblo Libre, Pueblo transformado y Pueblo dueño de sus destinos” (Discurso en la Universidad Católica con motivo del otorgamiento del Doctorado Honoris Causa en Educación).
La primera escuela nació de un acto de rotunda generosidad: cuando el obrero Abrahán Reyes se enteró que el Padre Vélaz y su grupito de universitarios andaban buscando un lugar para la escuela, les ofreció su casa. Durante ocho años, trabajando en sus ratos libres, Abrahán y su esposa habían construido esa casa, la habían ido moldeando con sus manos y sus sueños. Carreteaban el agua para la mezcla en latas de manteca desde varios kilómetros. Y una vez terminada, la ofrecieron con sinceridad y sin aspavientos. Así nació Fe y Alegría: en una casa regalada con 100 niños sentados en bloques sobre el suelo. El gesto de Abrahán y su señora habría de despertar múltiples y espontáneas generosidades que, desde sus inicios, han marcado la trayectoria de Fe y Alegría: una de las muchachas universitarias regaló sus zarcillos. Los rifaron y con lo que se sacó de la rifa se compraron los primeros pupitres y hasta alcanzó para darles algo a las primeras maestras. Esta fue la primera rifa de Fe y Alegría. Posteriormente, la rifa llegaría a convertirse en una especie de cruzada nacional que aglutina infinidad de generosidades anónimas y que, durante años, fue la principal fuente de ingresos para sostener y aumentar la obra.
Rápidamente, Fe y Alegría empezó a germinar en lo imposible: debajo de una mata, en ranchos alquilados, en escuelas que fueron creciendo sobre precipicios y quebradas, en basureros, en cumbres de cerros, en los lugares inhóspitos que nadie ambicionaba. Para conseguir recursos, además de la rifa, se emprendieron osadas campañas de promoción, se montaron oficinas, se tocó al corazón de personas generosas, se dio rienda suelta a la creatividad más atrevida.
El propio nombre de Fe y Alegría no fue escogido al azar. Debía recoger la propia identidad, ser a un mismo tiempo espejo y meta: “Nuestro nombre de Fe y Alegría no es una casualidad, ni tampoco algo intrascendente. Es un nombre totalmente meditado, como la meta a que conduce nuestro camino. Es nuestro emblema y nuestra bandera que fue pensada muchas horas y muchas veces. Es nuestro ‘santo y seña’.
Somos mensajeros de la Fe y al mismo tiempo Mensajeros de la Alegría. Debemos por lo tanto aspirar a ser Pedagogos en la Educación de la Fe y Pedagogos de la Alegría. Dos vuelos espirituales tan hermosos y radiantes que son capaces de enamorar una vocación. Dos Poderes y dos Dones de Dios que son capaces de transformar el mundo” (J. M. Vélaz, Pedagogía de la Alegría).
Fe y Alegría siempre quiso ser una obra de iglesia que agrupara las generosidades de muchos en torno a su proyecto educativo: la comunidad colaboraría con su trabajo, levantando paredes, limpiando terrenos, pintando..., los más privilegiados aportarían sus recursos económicos, sus influencias, sus ideas, otros darían sus talentos, su trabajo. Y Fe y Alegría liderizaría el clamor popular de Justicia Educativa en defensa de los derechos a la educación de los más pobres. El Ministerio de Educación no es el amo, sino un simple administrador de los recursos de todos. Fe y Alegría tendría que crecer fuerte para hacer oír su voz como “un fuerte rugido de leones”.

Vélaz, el Educador

Fe y Alegría se define como un movimiento de Educación Popular Integral. En estas dos palabras, ‘Popular e Integral’, tan preñadas de sentido, se compendia la esencia de su propuesta educativa. Frases como “Fe y Alegría comienza donde termina el asfalto, donde no gotea el agua potable, donde la ciudad pierde su nombre”, reflejarán su inquebrantable decisión de insertarse con los más desposeídos: “Nos hemos atrevido a levantar una bandera -escribirá Vélaz- cuando tantos arrían y desdeñan las banderas. Nuestra bandera ha sido la Educación Integral de los más Pobres, es decir, de los más menospreciados e ignorantes, y como estos son muchos millones, nos hemos atrevido a la Educación de Millones. O lo que es lo mismo: a la liberación de millones” (Fe y Alegría. Características Principales e instrumentos de acción).
La educación de Fe y Alegría no puede ser “una pobre educación para los pobres”, sino que tiene que ser una educación de calidad, “la mejor educación para los más pobres”, una educación integral que forme a la persona en su totalidad.
Si la educación es para el Padre José María un instrumento de liberación y de humanización, si por medio de ella contribuimos a continuar el plan salvífico de Dios que quiere el desarrollo pleno de cada hombre, no bastará educar a todos los hombres, sino que habrá que educar a TODO el hombre. Tendremos que rescatar a la educación de su academicismo vacío y estéril en que está atrapada, para hacer de ella un medio de crecimiento personal y social. Educar a todo el hombre supone tomar en cuenta al alumno en su totalidad de persona y como miembro de una determinada comunidad, y no como mera cabeza o como un receptáculo a llenar con conocimientos muertos. Habrá que atender su estómago si tiene hambre, su salud resquebrajada, su corazón herido por el desamor. Habrá que hacer de él una persona fuerte, generosa, de manos trabajadoras y pies solidarios, con una sexualidad y una afectividad maduras y responsables, con unos ojos críticos y autocríticos, capaces de descubrir y apreciar lo bello, de admirar la Naturaleza como espejo de Dios, con un olfato especial para percibir lo que sucede y las causas porque sucede, con unos oídos atentos a los clamores de su gente, y con una palabra que sea expresión de vida, voz valiente de los que no tienen voz.
Vélaz, el pionero

Hombre incansable, de frontera, el Padre José María nunca se contentaba con los logros alcanzados. Siempre aspiraba más. No podíamos aburguesarnos en Fe y Alegría cuando cada vez era mayor la magnitud del desamparo. Convencido de que Fe y Alegría corría el peligro de rutinizarse en una serie de escuelas urbanas tradicionales, dedicó los últimos años de su vida a impulsar una educación que asumiera cada vez con mayor seriedad el mundo del trabajo y que preparara a los alumnos para ejercer dignamente un oficio.
Emprendió con toda su energía la superación de esas escuelas tradicionales, desligadas de la vida, donde los alumnos aprenden cosas inútiles, que no les sirven para nada y que, por ello, las abandonan antes de tiempo o las soportan en una especie de ritual que los deja vacíos y derrotados: “Si queremos que la Educación no cree Entes o entelequias separadas de la vida popular, tenemos que llegar con nuestra enseñanza a aquellas actividades que le permitirán al Pueblo una vida digna, una alimentación completa, una habitación de seres humanos, y un nivel cultural y espiritual cónsono con los planes de la modernidad y de la cristiandad” (Cartas del Masparro, pág. 20).
Para impulsar este tipo de educación en el trabajo productivo se fue Vélaz primero a fundar a San Javier del valle, en Mérida, y cuando consideró que estaba ya bien afincado este Instituto, con un ciclo diversificado profesional del que egresan los alumnos como Técnicos Medios en 13 especialidades, se metió llano adentro en busca de su viejo sueño de montar una red de escuelas agropecuarias y forestales para los campesinos desamparados.
Fundando en San Ignacio del Masparro le sorprendió la muerte. Como siempre, su mente ardía con múltiples y ambiciosos proyectos. Estaba intentando introducir a Fe y Alegría al África, acababa de venir de la Gran Sabana donde quería iniciar una red de escuelas para atender a “los más pobres entre los pobres”, los indígenas.

Organización

La organización de Fe y Alegría se caracteriza por la autonomía funcional de países, regiones y centros, dentro de una comunicación y solidaridad de principios, objetivos, inquietudes y proyectos.


Es un Movimiento con bases de gestión participativa, en el que resalta la presencia y acción de laicos comprometidos y de diversos institutos religiosos en co-responsabilidad con la Compañía de Jesús, fundadora y animadora de la obra.

En cada uno de los países, Fe y Alegría opera como una entidad de gestión privada sin fines de lucro, con personería jurídica según las leyes nacionales y apoyo de los gobiernos. En el plano internacional, opera como una Federación de las organizaciones nacionales, registrada como una entidad de beneficio social con domicilio en la ciudad de Caracas.

La Federación Internacional de Fe y Alegría estimula la construcción colectiva y revisión permanente de la Propuesta de Educación Popular y Promoción Social del Movimiento, promueve y gestiona acciones y proyectos cooperativos entre los países miembros, favorece la información y comunicación de experiencias, impulsa la expansión del Movimiento a nuevos países, y constituye una plataforma de representación y diálogo con organismos internacionales.

La máxima autoridad de la Federación es la Asamblea General, conformada por los Directores Nacionales, el Coordinador General de la Federación, los miembros de la Junta Directiva, un delegado adicional cualificado por cada país y el Presidente de la Conferencia de Provinciales de la Compañía de Jesús de América Latina. La responsabilidad ejecutiva radica en una Junta Directiva de cuatro miembros: el Coordinador General, quien es el representante legal de la Federación, y otros tres elegidos por la Asamblea.

Además de las Asambleas, como instancia de decisión y orientación de acciones y logro de los objetivos de la Federación, se han establecido los Congresos Internacionales. Estas reuniones, celebradas anualmente, están destinadas a la reflexión sobre temas de interés, al análisis de programas o acciones comunes a todos los países, y al intercambio de información y experiencias sobre la marcha del Movimiento.

Ideario

Referencia fundamental de la identidad y misión del Movimiento

1. IDENTIDAD DE FE Y ALEGRÍA
1.1. Fe y alegría es un Movimiento de Educación Popular que nacido e impulsado por la vivencia de la Fe Cristiana, frente a situaciones de injusticia, se compromete con el proceso histórico de los sectores populares en la construcción de una sociedad justa y fraterna.
1.2. Fe y Alegría hace una opción por los pobres, y en coherencia con ella escoge los sectores más necesitados para realizar su acción educativa y de promoción social; desde allí, dirige a la sociedad en general su reclamo constante en búsqueda de un mundo más humano.

 
2. OBJETIVOS
Este Movimiento persigue los siguientes objetivos:
2.1. Promover la formación de hombres y mujeres nuevos, conscientes de sus potencialidades y de la realidad que los rodea, abiertos a la transcendencia, agentes de cambio y protagonistas de su propio desarrollo.

2.2. Contribuir a la creación de una sociedad nueva en la que sus estructuras hagan posible el compromiso de una Fe cristiana en obras de amor y de justicia.

3. MEDIOS
Para la consecución de sus objetivos, en servicio de los sectores más necesitados, Fe y Alegría:

3.1. Requiere de la presencia y acción de personas y grupos comprome­tidos en actitud de servicio.
3.2. Adopta una pedagogía evangelizadora y liberadora.

3.3. Promueve la integración de las fuerzas vivas locales para formar una comunidad educativa.

3.4. Reflexiona e investiga sobre las causas que originan las situaciones de injusticia.

3.5. Asume una metodología de planificación-evaluación en función de sus objetivos.

3.6. Precisa una estructura organizativa que impulse, coordine y oriente todas sus actividades.


4. ACCIÓN EDUCATIVA
La acción educativa de Fe y Alegría se caracteriza por lo siguiente:
4.1. Carácter evangelizador y pastoral de toda la acción educativa de Fe y Alegría.
4.2. Esfuerzo permanente por conocer la realidad local y nacional y por valorar y revitalizar las culturas y experiencias populares en sectores urbanos, campesinos e indígenas.

4.3. Creatividad en la búsqueda de pedagogías y modalidades educati­vas, formales o no formales, que respondan a la problemática de comunidades y personas.

4.4. Énfasis en la formación en y para el trabajo liberador y productivo como medio de realización personal y crecimiento comunitario.

4.5. Preocupación por la motivación y formación permanentes de todos los miembros de Fe y Alegría.


5. DINÁMICA
La dinámica del Movimiento se caracteriza por lo siguiente:
5.1. Creatividad en la búsqueda continua de nuevos caminos, en fidelidad a los principios inspiradores del Movimiento expuestos en este Ideario.
5.2. Espíritu de participación de la comunidad en la creación y funcio­namiento de los centros y proyectos y solidaridad de los mismos en la vida y problemas locales.

5.3. Manifestación de la Fe en compromisos reales por la justicia.

5.4. Dimensión profética del Movimiento en sí, en su acción educativa, en la lucha contra la injusticia y la opresión.

5.5. Defensa de la justicia educativa corno una manifestación concreta de la justicia estructural.

5.6. Crecimiento continuo, tanto cualitativo como cuantitativo, con espíritu de audacia emprendedora.

5.7. Multiplicación y selección de recursos humanos y materiales de todo género y su debido aprovechamiento con austeridad y eficiencia para una educación de calidad.

6. ORGANIZACIÓN
La organización de Fe y Alegría se caracteriza por lo siguiente:

6.1. Autonomía funcional de países, regiones y centros dentro de una comunión de principios y objetivos, y de una intercomunicación y solidaridad en inquietudes y proyectos.
6.2. Carácter eclesial del Movimiento como pueblo de Dios en el que resalta la presencia y acción de Laicos comprometidos y de Institutos de vida consagrada con sus carismas propios, en co-responsabilidad con la Compañía de Jesús, fundadora y animadora del Movimiento, y en comunicación con las Iglesias locales.

6.3. Esfuerzo para que en la organización y funcionamiento de centros, regiones y países, se reflejen los valores que de acuerdo con los objetivos de Fe y Alegría, deben constituir al Hombre Nuevo y la Nueva Sociedad.

6.4. Uso adecuado de las relaciones públicas y de los medios de comunicación social como estrategia de apoyo a la labor de Fe y Alegría, manteniendo su identidad e independencia.


GLOSARIO AL IDEARIO INTERNACIONAL

MOVIMIENTO

Entendemos por Movimiento la agrupación de personas en continuo dinamismo y crecimiento -contrario al estancamiento, conformismo y aburguesamiento- que camina en busca de nuevas respuestas a las necesi­dades humanas; que recoge, coordina, orienta y apoya el dinamismo de las bases en sus diferentes niveles; y que encuentra su integración en objetivos comunes.
EDUCACIÓN POPULAR

Entendemos la Educación Popular como un proceso histórico y social que, desde la inserción real en el medio popular y en un esfuerzo permanen­te por ir captando el momento preciso de sus necesidades, tiende a la promoción de las personas y las comunidades para que sean conscientes de sus potencialidades y valores, adquieran la capacidad de decidir sobre su vida y futuro y se constituyan así en protagonistas de su propio desarrollo.

Como proceso histórico de acompañamiento a los sectores populares, tanto en el campo como en la ciudad, la Educación Popular debe surgir desde la entraña del pueblo, de su vida, de sus valores y experiencias, de sus expresiones culturales y de sus luchas, para que asumiendo su propia historia y su propia organización, alcancen su realización como personas y como comunidad. Desde allí, desarrollará su capacidad de ser dueño de esa historia para modificar el curso de los acontecimientos hacia su libertad y para lograr el equilibrio entre las posibles ayudas externas y su propia participación, evitando caer en el paternalismo.
Como proceso social, marcado fuertemente por la comunitariedad geográ­fica y el hacinamiento de los sectores populares, la Educación Popular procura acompañarlos para que puedan tener voz dentro de su grupo y hacia los otros grupos sociales y así, al expresarse y comunicarse, se personalicen con características propias, definan mejor su identidad social -sin arribismos- y asuman responsablemente su compromiso político como cristianos.
Este proceso educativo, así entendido, acentúa la intencionalidad de búsqueda y de crecimiento personal y comunitario, exige en educadores y educandos una modificación de actitudes, y supone un cambio de conteni­dos y metodologías en las actividades pedagógicas.

EDUCACION INTEGRAL

Entendemos la Educación Integral, en su sentido más amplio, como:

1. Proceso que abarca a la persona, hombre o mujer, en todas sus dimensiones, posibilidades y capacidades; en la multiplicidad de sus relaciones consigo mismo, con los demás, con la naturaleza y con Dios; en la diversidad de las etapas y momentos de su crecimiento evolutivo y en todos los aspectos y niveles de su actividad, atendiendo incluso a sus necesidades básicas (nutrición, salud, vivienda, etc.) como instancias necesarias y fundamentales de ese mismo proceso educativo.

2. Proceso que conduce a una comprensión completa del hombre y de la sociedad, dentro de su contexto histórico, con sus conocimientos y valores culturales, sociales, económicos, políticos y religiosos propios, pero con una sana apertura a las diversas visiones posibles del mundo y de sus culturas.

3. Proceso abierto a una pluralidad de modalidades educativas, formales y no formales, que aprovecha todos los recursos disponibles, que integra el contexto familiar y comunitario como elemento educativo y que asume tanto la ciencia como la técnica, el estudio y el trabajo personal y comunitario procurando siempre desarrollar las actitudes crítica, creativa, comprometida, comunitaria y cristiana propias de una auténtica educación inspirada en el Evangelio.

4. Proceso con la intención de formar al hombre en y para la vida y el trabajo productivo, haciéndolo capaz de transformar la sociedad en que vive.
PEDAGOGIA LIBERADORA

Entendemos por Pedagogía Liberadora según la definición de Medellín, esto es, la que convierte al educando en sujeto de su propio desarrollo. Para ello, la educación en todos los niveles debe llegar a ser creadora, pues ha de anticipar el nuevo tipo de sociedad que buscamos en América Latina; debe basar sus esfuerzos en la personalización de las nuevas generaciones, profundizando la conciencia de su dignidad humana, favoreciendo la libre autodeterminación y promoviendo su sentido comunitario.
PEDAGOGÍA EVANGELIZADORA

Entendemos la Pedagogía Evangelizadora, según Puebla, como aquella que asume y completa la noción de pedagogía liberadora:
1. Transmitiendo la Buena Noticia del Reino de Cristo que trae la liberación sobre todo a los más necesitados, gracias a la cual cada hombre hace su propia historia, se hace consciente de su filiación divina y de su hermandad con los demás hombres y lucha por el cambio de la sociedad.

2. Haciendo patente el Evangelio en todo el quehacer y en todas las instancias de la labor educativa.

3. Enriqueciendo la vivencia del hombre con la experiencia personal de Dios.

4. Proceso con la intención de formar al hombre en y para la vida y el trabajo productivo, haciéndolo capaz de transformar la sociedad en que vive.

NIVELES DE COMPROMISO

Se considera que el compromiso con el conocimiento, respeto y práctica de los lineamientos de Fe y Alegría en su opción de servicio a los pobres es una actitud esencial para la pertenencia al Movimiento, si bien este compromi­so puede darse en diversos grados según los diferentes niveles de actitud y según los distintos tipos de vinculación a la Institución.

HOMBRE NUEVO

Hombre nuevo será aquel que consciente de sí mismo y de su proceso de liberación personal hacia un desarrollo pleno de sus capacidades y vivien­do profundamente los valores cristianos -especialmente los de amor fraterno y justicia-, desarrolle actitudes de autonomía e independencia crítica y de responsabilidad; sea solidario con el mundo de miseria y de injusticia que lo rodea; se comprometa seriamente con los demás en actitud de servicio; y se convierta en agente de cambio para lograr una sociedad enmarcada dentro de un nuevo orden social, económico, político y religio­so.



SOCIEDAD NUEVA

Sociedad Nueva será aquella que sea:

1. Justa: donde se respete a la persona -y en particular a la mujer-, su dignidad, sus ideas y valores culturales, humanos y espirituales; donde se viva en igualdad de derechos y deberes, suprimiendo la discrimina­ción de personas por razones de raza, sexo, religión o credo político; donde se tenga acceso real a la satisfacción de las necesidades humanas básicas y se suprima la brecha entre los pobres y ricos, el mundo del capital y el mundo del trabajo.

2. Participativa y Fraterna: donde todos participen de los bienes culturales, económicos, sociales y religiosos y en la que todos aporten según sus fuerzas y reciban según sus necesidades; donde se busque comunitaria y solidariamente la solución de los problemas; donde se compartan -en forma libre y responsable- las decisiones y la marcha de la misma sociedad, los medios de producción y el fruto del trabajo, integrando los valores representativos de las bases.

JUSTICIA EDUCATIVA
Se entiende por Justicia Educativa aquella que asegure a todos el derecho fundamental a tener acceso a la educación, respetando la libertad de los educandos y de los padres de familia a escoger el tipo de educación que ellos decidan y comprometiendo al Estado -como garante del bien común- a facilitar los medios para que este derecho se haga realidad, en igualdad de condiciones, tanto a través de la educación oficial como de la privada.

Misión y Visión

I. Misión y Visión de Fe y Alegría


Fe y Alegría es un Movimiento Internacional de Educación Popular Integral y Promoción Social dirigido a la población excluida, para construir un proyecto de transformación social, basado en los valores cristianos de justicia, participación y solidaridad.

Esta Misión de Fe y Alegría tiene como referente la Visión de persona, sociedad e iglesia que queremos.

1.La persona nueva la entendemos íntegramente desarrollada y realizada en todas sus potencialidades individuales, sociales y espirituales. Una persona con sentido de dignidad y valoración de sí misma, consciente de sus derechos y respetuosa de la dignidad y los derechos de los demás, apasionada por la justicia, sensible, solidaria y actuante ante la injusticia y el dolor humano; fraterna y creadora, amante de la naturaleza, abierta y respetuosa de las culturas y de lo diferente; capaz de crear comunidad, de establecer con los demás relaciones de mutuo enriquecimiento, de inventar y compartir con otros la búsqueda de soluciones solidarias.


2.La nueva sociedad la concebimos como:

◦Justa: donde se respete a la persona, su dignidad, sus ideas y valores culturales, humanos y espirituales; donde se viva en igualdad de derechos y deberes, suprimiendo la discriminación por razones de raza, sexo, religión, ideología política u otras; donde se tenga acceso real a la satisfacción de las necesidades humanas básicas, superando la brecha entre los que tienen más a favor de los que tienen menos y promoviendo a los sectores más deprimidos; donde el desarrollo se entienda como un proceso humano, integral y sustentable para todos.

◦Participativa y solidaria: donde todos accedan a los bienes culturales, económicos, sociales y religiosos y en la que todos aporten según sus fuerzas y reciban según sus necesidades; donde se busque comunitaria y solidariamente la solución de los problemas; donde se compartan –en forma libre y responsable- las decisiones y la marcha de la misma sociedad, los medios de producción y el fruto del trabajo.

3.La iglesia que queremos la entendemos como el pueblo de hijos de Dios, comunidad de creyentes seguidores de Jesús, con la misión de anunciar y construir su Reino aquí en la tierra. Iglesia comprometida con el ser humano, inculturada, inserta en el mundo de los empobrecidos y discriminados, por los que preferentemente opta. Iglesia testimoniante y coherente, que anuncia la Buena Noticia y denuncia todo lo que atenta contra la Utopía del Reino. Iglesia ecuménica, abierta y en diálogo con todos, sin discriminaciones, abierta a otras iglesias y vivencias de fe.

En síntesis: la Visión de Fe y Alegría es un mundo donde todas las personas tengan la posibilidad de desarrollar todas sus capacidades y vivir con dignidad, construyendo una sociedad justa, participativa y solidaria; un mundo donde todas las estructuras, en especial la iglesia, estén comprometidas con el ser humano y la transformación de las situaciones que generan la inequidad, la pobreza y la exclusión.

En coherencia con esta Visión, Fe y Alegría se compromete con los sectores de población empobrecidos, marginados o discriminados, para potenciar su desarrollo personal y comunitario, de modo que sean protagonistas en la construcción de esa sociedad y de un desarrollo sustentable, donde los hombres y mujeres sean reconocidos como el centro y el gran por qué de la vida, desde una visión liberadora, humanizadora y de esperanza frente a un mundo globalizado, deshumanizante e individualista, que genera pobreza y exclusión.

Por ello opta por una Propuesta de Educación Popular Integral y Promoción Social, humanista, vinculada a los desafíos tecnológicos, a las demandas del mundo del trabajo y el contexto de las culturas de los pueblos y de la sociedad global. Una propuesta que busca desarrollar la persona en su integralidad, en las dimensiones psicoafectiva, intelectual, corporal, estética, productiva, cultural, ética, espiritual, sociopolítica, e histórica. Las características de esta Propuesta y de su acción, se sustentan en el marco normativo y los lineamientos trazados en el Ideario Internacional del Movimiento.



II. Misión de la Federación Internacional de Fe y Alegría
La Federación Internacional de Fe y Alegría tiene como finalidad integrar los esfuerzos y fortalecer la unidad de sus miembros, para una acción más eficaz al servicio de la Misión y Visión del Movimiento.

En el cumplimiento de su fin, la Federación estimula la construcción colectiva y revisión permanente de la Propuesta de Educación Popular y Promoción Social del Movimiento; promueve y gestiona programas, proyectos y acciones de cooperación entre los países miembros para el desarrollo y fortalecimiento del Movimiento en su conjunto y, en especial, de quienes más lo necesiten, sin menoscabo de sus autonomías; favorece la información y comunicación de experiencias entre los diversos países federados; impulsa la expansión del Movimiento a nuevos países; y constituye una plataforma de representación y diálogo con organismos internacionales.

Qué es Fe y Alegría

Es un “Movimiento de Educación Popular Integral y Promoción Social” cuya acción se dirige a sectores empobrecidos y excluidos para potenciar su desarrollo personal y participación social.


Es un movimiento que agrupa a personas en actitud de crecimiento, autocrítica y búsqueda de respuestas a los retos de las necesidades humanas. Es de educación porque promueve la formación de personas conscientes de sus potencialidades y de la realidad, libres y solidarias, abiertas a la trascendencia y protagonistas de su desarrollo. Es popular porque asume la educación como propuesta pedagógica y política de transformación desde y con las comunidades. Es integral porque entiende que la educación abarca a la persona en todas sus dimensiones. Y es de promoción social porque, ante situaciones de injusticia y necesidades de sujetos concretos, se compromete en su superación y, desde allí, en la construcción de una sociedad justa, fraterna, democrática y participativa.

Nace en Venezuela hace 50 años, para aunar esfuerzos en la creación de servicios educativos en zonas deprimidas. La visión audaz del fundador –el jesuita José María Vélaz– y la colaboración de numerosas personas y organizaciones lograron cristalizar una obra de rica historia y proyección al futuro.

El 5 de marzo de 1955 se abrieron las puertas de la primera escuela de Fe y Alegría en una barriada marginal del oeste de Caracas, gracias a la generosidad de Abraham Reyes, un humilde albañil que cedió su propia vivienda para acoger a los niños de la zona. Así comienza la evolución de lo que es hoy el "Movimiento Internacional de Educación Popular Integral y Promoción Social Fe y Alegría"

El Movimiento se extendió luego a Ecuador (1964), Panamá (1965), Perú (1966), Bolivia (1966), El Salvador (1969), Colombia (1971), Nicaragua (1974), Guatemala (1976), Brasil (1980), República Dominicana (1990), Paraguay (1992), Argentina (1995), Honduras (2000), Chile (2004) y Haití (2006). En 1985 se establece Fe y Alegría en España como una plataforma de apoyo a los países latinoamericanos y de difusión del trabajo del Movimiento en Europa; desde 1999 se redefine su misión para asumir nuevos retos en el campo de la cooperación al desarrollo, con el nombre de Fundación Entreculturas-Fe y Alegría.
Son ya 17 el número de países donde operan organizaciones nacionales de Fe y Alegría asociadas como Federación Internacional. Además, en Italia se tiene una extensión del Instituto Radiofónico (IRFEYAL) de Ecuador.
En la búsqueda de respuestas a las urgencias de alumnos y comunidades, la propuesta de Fe y Alegría se ha concretado en diversas iniciativas en los distintos países. Además de la educación escolarizada en preescolar, básica y media, se ha abierto espacio a otras formas de acción para la promoción humana, como son: las emisoras de radio, los programas de educación de adultos, capacitación laboral y reinserción escolar, la formación profesional media y superior-universitaria, el fomento de cooperativas y microempresas, así como proyectos de desarrollo comunitario, salud, cultura indígena, formación de educadores, edición de materiales educativos, entre otros.
En todas estas áreas se actúa desde y con las comunidades, buscando complementar y apoyar la acción de otros entes, públicos y privados.
Para el 2006, los alumnos y participantes atendidos llegaba a 1.364.077. El número descontando los registrados en más de un programa es de 938.458. Se opera con una red de 1.603 puntos en los que funcionan 2.796 unidades de servicio: 1.135 son planteles escolares, 56 emisoras de radio, 506 centros de educación a distancia y 905 centros de educación alternativa y servicios.
En Fe y Alegría trabajan 37.909 personas, el 97,7% laicos y 2,3% miembros de congregaciones religiosas. Esta cifra no incluye a centenares de colaboradores voluntarios en los distintos países.
En varios programas resulta imposible contabilizar los participantes directos, mucho menos los indirectos. La cifra de personas a las que llega la acción del Movimiento bien pudiera estar por los siete millones al año.

jueves, 3 de junio de 2010